Pues sí, tras más de cinco años que nuestra querida Ana Páez
nos dejó, soportando el suplicio del
asesinato, espera, juicio, espera, recurso y espera, ayer llegó la tan ansiada
sentencia firme del tribunal supremo para darnos una estocada en toda regla,
tras la rebaja de 18 a 14 años de prisión al pasar de asesinato a homicidio
doloso y que más los 4 años por falsedad documental y estafa suman un total de
18 años para un crimen planeado durante más de dos años, con la suplantación de
identidad, con la única intención de matar, con la frialdad de hacerlo a una
persona de confianza, con el abuso de intentar simular una orgia sexual y con
la nula colaboración con la justicia.
El premio que recibe la asesina por todos los detalles
anteriormente descritos son cuatro años menos de pena, el motivo que expone el tribunal es que sí es razonable dudar si la
víctima pudo defenderse o no, como es obvio, es totalmente imposible que
pudiese defenderse, pues tal y como ya dijeron los forenses en el juicio oral,
el primer acto de defensa es el acto reflejo de romper o sacarse la bolsa de
plástico que le cubría la cabeza y que acabó matando a la pobre Ana por asfixia,
si no lo hizo es porque estaba dormida 100% seguro. Además el tribunal reconoce
que habiendo duda el fallo ha de ser favorable al reo, es decir al asesino, una
vez más la víctima vuelve a pagar por su propio asesinato.
Y los señores magistrados del TS se preguntan una y otra
vez, ¿y por qué no se realizó la prueba de restos bajo las uñas de la víctima?,
lo más lógico es que no presentase ningún resultado, pues nunca presento ningún
signo de violencia y porque estaba cenando con una supuesta persona de
confianza. Por torpe de mente que uno sea, cualquier inútil ve que aquí entran
en total contradicción al reconocer la autoría del Homicidio en María Ángeles
Molina Fernández y luego dudar si la víctima estaba consciente o no; señores,
si la víctima hubiese estado consciente no hubiese sido ni homicidio, hubiese
sido un suicido, el caso es que no hay por dónde cogerlo, la sentencia del TS
se convierte en un bucle sin ningún sentido.
Pero claro, todo este sin sentido en el que ha acabado
siendo la dichosa sentencia, viene precedido por el voto particular que realizó
el magistrado Sr Pedro Martín, presidente del tribunal que enjuició a la
asesina en la vista oral durante febrero del 2012, dicho magistrado conciliaba
el sueño durante un 30 o 40% de las sesiones en su cómoda poltrona de
presidente del tribunal, como muchos pudimos presenciar atónitos a tan
deprimente espectáculo, no está demás comentar que dicho magistrado siempre
despertaba inquieto y perturbado para interrumpir las acciones de los letrados
de la acusación y de la fiscalía, y nunca contra la letrada de la defensa, vamos,
que siempre se le vio proclive a defender a la acusada, a tratar a la asesina
como una víctima, realmente fue patético su comportamiento durante todo el proceso; siguiendo con el tema del voto particular emitido por el personajillo,
constatar que coincide a pie juntillas con
la sentencia emitida en el día de ayer, y mi pregunta es: ¿se habrán puesto de
acuerdo por algún interés común o personal oculto? O ¿serán tan lerdos como
para no ver que el único mecanismo de defensa de la víctima en caso de estar
consciente solo era romper una simple bolsa de basura que tenía en su cabeza y
no pudo porque obviamente estaba inconsciente?, sea cual sea, el error es
clamoroso y el daño irreparable.
Pero a pesar de todo seguiremos creyendo en la justicia,
desde el interior de la prisión en la que seguirá Mª Ángeles Molina, y luego
cuando salga desde el exterior, porque la justicia social la acompañará allí
donde esté.
Y desde aquí seguiremos expectantes el transcurso del tiempo
y de los acontecimientos que rodeen a está asesina en serie, abiertos a
comentarios, sugerencias, informaciones que nos ayuden a conocer y protegernos
de esta psicópata criminal.
Carlos F. Carbajo